Baños es un pueblo pequeño y muy turístico ubicado en los andes centrales de Ecuador, rodeado de montañas y cascadas (algunas visibles desde el mismo centro del pueblo), y con una gran cantidad de hostales y viajeros. El turismo no sólo tiene que ver con las aguas termales y las cascadas, que dan nombre al pueblo, sino también con una gran oferta de deportes de aventura: canopy, hiking, mountain biking, puenting, rafting, paragliding, además de tours a la selva y a los volcanes cercanos.
El pueblo en sí mismo no tiene nada de especial pero al momento de bajar del bus sentí deseos de quedarme allí muchos días. Hay algo en el aire y en el clima que resulta muy agradable. Quizás en mi caso era simplemente la sensación de descansar de la fuerte humedad de la amazonia.
A falta de un compañero de viaje para llegar allá, resultaron 4: Tina de Suecia, Daniel de Alemania y tuvimos la suerte de contar con Monica y Bryn de USA, quienes habían vivido un par de meses en Baños y por tanto resultaron ser excelentes guías. Conocían muy buenos cafés, restaurantes y bares dentro del pueblo. Aparte, dimos con un buen hostel con excelentes desayunos y el improbable nombre de Hostal Transilvania!
Yo llegué enfermo con plan de buscar una farmacia y encerrarme en el hostel a descansar y recuperar fuerzas. En un par de días estaba como nuevo y me animé a acompañar a los demás a un recorrido en mountain bike por la ruta de las cascadas. Es un recorrido por la via a Puyo en que se pasa por varias cascadas -algunas para mirar desde lejos, otras más pequeñas están justo en la vía y resulta refrescante pasar por ellas, sobre todo si como en mi caso tienes la fortuna de un día soleado.
El recorrido de 18 km era casi todo descenso, sin ser del todo fácil. Casi desfallezco en los contados ascensos y sentí mucho los años de más, la falta de condición física y el no haber montado una bicicleta hace muchísimo tiempo. Pero con todo y eso, el llegar al final fue emocionante. Sin mucha pausa, comenzamos a andar el sendero al Pailón del Diablo, una imponente cascada en medio de las montañas.
Una visita a los baños termales al final de día (para aliviar los músculos adoloridos) y una cena memorable en un pequeño restaurante (Amore) fueron el cierre de un día perfecto.
***
Al regresar al hostal me entero de golpe -la primer fotografía en el face- de que mi exnovia, con quien conviví varios años, se había casado. Lo que en otras circunstancias me hubiera arruinado el día, esta vez sólo me puso pensativo, reflexionando sobre como las decisiones que tomamos nos cambian la vida... La noticia no me impidió irme a dormir teniendo en la cabeza la hermosa canción de Lou Reed:
Oh it's such a perfect day
I'm glad I spent it with you...
No comments:
Post a Comment